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domingo, 28 de octubre de 2018

Ego


Creo que sobre todo me duele el ego,
que llora el rechazo.

viernes, 5 de octubre de 2018

Desconcierto

¿Cuál es el precio por sentirse deseada y querida?
¿Lucir alguna que otra pilcha llamativa?
¿Tal vez, también, plantarse una sonrisa de oreja a oreja?
¿Hacerse de unas manos entrenadas para la cocina?

¿Agilizar el sentido del humor?
¿Cultivar un sentido de la estética cultural?
¿Realzar el aprecio por un cuerpo que aunque no destaca por voluptuoso,
cuando arde, sacude todo lo esperado?

¿Mostrarme confiada, optimista, solícita?
¿Estar atenta al bienestar del otro?
¿Cuidar su alegría,
especialmente de las caídas?

Desconcierta, hallarse
postulando la paradoja de que una,
quizás ya lo haya intentado todo
y en definitiva, nada alcance.

sábado, 14 de octubre de 2017

Mal todavía

"Persuadiendo al otro de que tiene lo que puede completarnos,
nos aseguramos precisamente de que podremos seguir ignorando qué nos falta".
Jacques Lacan, seminario 11, clase X.

"This is love, this is porn"
Damien Rice, I remember.

"Gozar, es tan parecido al amor.
Gozar, es tan diferente al amor".
Charly García, Fanky.

Pensamientos acerca de él acechan mi sistema circulatorio.
Las estrellas de esta noche me remiten a aquella otra noche radicalmente extemporánea.
Prístinas y más imponentes que las nubes detrás de cuyas siluetas fulguran.

Él, que de repente se aprestaba a tomar parte y se acomodaba en mi balcón,
que me advertía que no íbamos a tener sexo
mientras hundía su nariz morena en una copa de vino tinto.

Su cuerpo, que pese a todo yo le escudriñaba con sigilo,
sobre el cual bailaba alguna camisa elegante
que solía usar a manera de uniforme, sobre alguna remera

Era extraordinariamente notable, como a ese cuerpo todo le quedaba tan acorde
Incluso la arrogancia que solía escapársele, quiero creer yo, siempre sin querer
Gestos enajenados que yo lo abrochaba como perteneciendo a algo que se me figuraba como de una belleza digna de valía

Él que se obstinaba en querer evidenciarme cómo yo le endilgaba atributos a mi capricho,
Él que en otras ocasiones se esmeraba en mostrarse como ejerciendo la más piadosa humanidad.
Nuevamente, su cuerpo…

Cómo sus manos curtidas envolvían las mías,
cuando me decía lo que yo escuchaba como una declaración de aproximación asumida.
Su cuerpo sobre el mío después de los casi 6 meses que duró nuestra abstinencia mutua no consentida.

Ese semblante de guerrero sensible que me atravesó tanto,
en sus abrazos de embriaguez cariñosa,
en su cruce hacia mi sexo cuando eyaculaba sangre menstrual.

Era puntual, venía una vez al mes,
Brindábamos con fluidos corporales, se llevaba algunos ajíes y me dejaba el calor.
Pero siempre fue mi orgullo de mujer herida, la que quiso amarrar su perversión a mi cama.

Todavía me parece verlo por ahí.
Últimamente se me presenta en sueños.
En uno de ellos se lo llevaba la policía y desperté angustiada.

Mal que me pese, lo que me daña me cautiva y me desborda.
Y aunque le haya sustraído mi vida a su influencia,
lo sigo teniendo plantado a una maceta.

jueves, 9 de junio de 2016

A verdad, decir

No pensé que podía llegar a desprenderme de su presencia arrobadora.
Es que no estaba en mí, nos habíamos fabricado una torrecita de arena,
ahí aparte.
Aislados hechos de sueños, fantasías y nadas.
No imaginé verme involucrada en el procedimiento quirúrgico de extraer... los retazos de nosotros...
solapados, agazapados, enmarañados, crepitados...
mutilados por nosotros mismos,
de cuando en aquella torre nos desmoronábamos de tanto en tanto...
y yo no sabía dónde comenzaban sus vísceras y dónde terminaban las mías,
y vuelta a construir, a amasar y amoldar la arena,
para terminar acabados y esparcidos por todas partes.
Pero de veras no creí que me atrevería a cruzar esa torre por las escaleras
(... además siempre pensé que él quiso escabullirse por la ventana),
llegar a la puerta sin haber recogido mis cosas
(que ya no sé ni a quién le pertenecen los sentimientos, pensamientos y los sueños)
y empezar a soltar como el tallo se desprende suavemente de sus hojas.

Pero yo no me creía siendo capaz.




El ave migratoria lleva los destinos en sus vuelos
y eso parece ser más importante que todo lo demás.


lunes, 30 de mayo de 2016

Lo que supo ser 
se nos pasó 
como a pleno Sol se nos escurre de los dedos,
la vigencia de lo que soñamos anoche
siendo sólo materia y dominio de aquella Luna 
La paciencia se quebró
y colapsaron las manecillas
que comunicaban nuestros corazones
Fatigadas las palabras,
monopolizaron sus sentidos multívocos
se suicidaron, fue en invierno,
en el hueco de tus manos temblorosas,
como un cúmulo de hojas de otoño se desviste de clorofila
brindando testimonio en algún lugar fugaz,
al costado de la vereda.
Y las tuvo que venir a reciclar algún universo
donde todavía anda marchando alguna aguja
dispuesta a enhebrar la música de la vida
que no reniegue de los silencios fatales.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Mandala trunco

Prorrumpe disolviendo el éter
y quiebra el punto mismo
donde se consuma el enlace de las partículas
o tal vez
las partículas nunca estuvieron del todo en círculo,
la unidad propuesta haya sido un pretexto
para seguir utopizando el encuentro de los semejantes,
cuando el punto mismo se tiende fláccido desde un comienzo
si no sabemos dónde está la marca de su nacimiento 


viernes, 16 de noviembre de 2012

Hiroshima y Nagasaki

Hacer comprender a los ciudadanos pasmados que aunque no entren en la guerra están de todos modos.
Que allí donde se nos dice es tal cosa o morir, es siempre en realidad tal cosa y morir.
Así de huelga humana en huelga humana, propagar la insurrección, donde ya no hay sino, donde somos todos singularidades cualquiera.
¿Cómo hacer?. Tiqqun


     Se suponía que iba a tratarse de un debate sobre ciencia. La obra de teatro que acababa de exhibirse había dado lugar a ello. Ésta tomaba como punto de partida la carta que había firmado Einstein a Roosevelt autorizándole a llevar a cabo las investigaciones tendientes al desarrollo de las bombas atómicas. Yo había traído preparadas cada palabra, toda la evidencia yacía en el bolso dispuesta a desparramarse con la claridad con que está siendo aplicada, dentro del aula. ¿Acaso no habré sido lo suficientemente explícita? Tal vez no escogí las palabras adecuadas y las ganadoras del concurso estaban desacreditadas de antemano, mis argumentos no fueron lo genialmente científicos, es que no soy doctora ni licenciada ni ingeniera, ni a mi nombre lo antecede una escalera de títulos académicos, tal vez no me expliqué bien a causa del trabalenguas que me sacude la boca cuando este asunto en mi interior es empujado por la más profunda tristeza, que me sofoca y sin embargo al mismo tiempo es la que me lleva a querer darle culminación. 


     Quisiera quitar ahora de mi mente sus imágenes descoloridas. Ojalá pudiera quebrar de un rasguido sus miradas vacías, como si estuvieran contenidas en una fotografía que impecablemente expusiera la crudeza de este siglo. Es ahora el papel el que atestigua sus fauces abrasivas, el trazo que las repele cuando una lágrima se atreve a ser derramada y manchar la historia. En todo caso arderán en papel inmutables, como se mostraron cuando la asociación "modificación climática", que se prendió a la frase "algunos pueden hacerlo deliberadamente y luego culpan a cualquiera" se escurrió de mis labios. No dos sino mil bombas atómicas cayeron sobre mí al añadir el vocablo "chemtrails" y detallar su consistencia. Mis propias palabras removían la tierra hostil que inexplicablemente los incrédulos volvían a enterrar con total inocencia. Claro, yo venía a representar el papel de nueva hereje, ante la nueva herejía que implica cuestionar a magnitudes de científicos cuya ostentación de título y de trayectoria los acrecienta y a mí me hace mermar a fuerza de bebidas y pastelitos como en las aventuras de Alicia. Su silencio atiza. Esta vez era yo la lunática aterrizada quién sabe de cuál luna aún no descubierta. Pero siempre soy yo. Estoy segura de que a los tiempos del proyecto Manhattan, los rodearon tantos incorregibles e irresponsables como yo, que no tienen idea sobre a qué dedicar sus vidas sino a cuestionar todo cuanto se atraviese a aparecer en su confuso camino. No los culpo, pues la ciudad perpetra la desfiguración cuando los espantosos edificios miran con tal desdén al cielo que no sólo nos recortan sino también nos eclipsan la belleza natural, transportándonos a otra naturalidad. 


 
     Pero por momentos la inquisición de sus miradas es violenta... sí, tal vez fue ella la que me hizo tropezar con mis propias palabras, la que a veces me hace vacilar sobre hasta qué punto comprenderán lo que significa involucrarme en esta causa. "No soy yo la boca para estos oídos", dije a través de Zaratustra. Inconmensurable es la decepción que me abate... es que no sé expresarme de otra manera. Pero no es la alienación a la cual me arrojan lo que me preocupa, sino la verdad extinguiéndose que les rehuye desprendiendo llamas.



Nota al pie 1: Transcurrido el 8/11/2012 en una de las aulas de la Facultad de Psicología (U.N.R). Tal vez el mejor plan para ese día hubiera sido encontrarme en el Monumento, uniéndome a la manifestación 8-N junto a un cartel anti-chemtrail e intentar jugar con los medios televisivos, a ver si lo enfocaban y al fin le conseguía la fama.  
Nota al pie 2: Las imágenes de chemtrails no fueron sometidas a ningún proceso de edición. 
Nota al pie 3 (pie de talla bastante grande ya): Quienes quieran interiorizarse sobre los chemtrails, pueden comenzar por observar atentamente al cielo y las fluctuaciones que presenta tras el rastro que dejan estas estelas, que en nada se asemejan a las estelas de condensación habituales; también a través de Google aún se puede conocer abundante cantidad de información, así como fotografías y videos... o si no, pueden preguntarle a Claris, quien les sugiere que si pueden, vean, descarguen y difundan el documental What in the world are they spraying? (¿Qué demonios están rociando en el mundo?), una gran introducción para quienes desconocen acerca de esta problemática realidad y su vinculación al cambio climático, como parte de la geoingeniería, disciplina científica que a no ser por los chemtrails no me hubiese enterado de su existencia.
(Añadido el domingo 9/12/2012): Ya está disponible online la continuación del mencionado documental, Why in the world are they spraying (¿Por qué demonios están rociando?), el cual expone las implicaciones de los chemtrails que involucra desde su utilización como arma climática en complemento con el H.A.A.R.P (Programa de Investigación Aurora Activa de Alta Frecuencia), Monsanto con su desarrollo de semillas que resisten ante cualquier adversidad climática, hasta empresas aseguradoras que apuestan en el clima, asegurándose ganancias que doblan a las de sus clientes, aunque éstos pierdan.   

domingo, 15 de julio de 2012

Sin título

    La mirada humedecida de dolor.
    El tambor del corazón que golpetea calando de pena.
    El final que no termina de instalarse, su principio que no cesa de ocurrir.
    El dolor que juzga a los más débiles.
    El lado oscuro del amor que castiga arrebatando las almas que aman, usando al amor como un arma.

jueves, 14 de junio de 2012

Hoy es un día perfecto para desintegrarse

     Si bien a este texto lo escribí a fines del año pasado, con el paso del tiempo me di cuenta que no tenía realmente intenciones de publicarlo, en cambio prefería reservármelo para mí como huella de este cambio, de esta determinación tan importante que he tomado, la cual no sólo se funda en la decisión de haberme cambiado de carrera, sino que concierne una nueva perspectiva ante la vida siempre demarcada por la consecución de los valores de humanidad que quiero incorporar y cultivar en lo que dure mi camino en ésta. Pero este año creí que iba a ser fundamental transmitir esta transición a la escritura en sus primeros pasos, sobre todo porque el cambio también atañe al blog, en su dirección, y una canción incluida en este disco tiñó de su influencia a un nuevo título, de manera que me he decidido a publicarlo aquí y compartirlo con quienes gusten leerlo. Por lo demás, pienso que es pertinente anticipar que todo el texto fue producto de mi ensimismada como modesta interpretación de los temas que integran dicho álbum.



Hoy es un día perfecto para desintegrarse 

     No puedo estar apartada de la música, menos aún ante un cambio tan importante como el que estoy atravesando, necesito estar acompañada de las adorables vibraciones que traducen en notas los sonidos del alma. Desde luego, voy eligiendo mi banda sonora de acuerdo a mi estado de ánimo para que potencie mis sensaciones, pues sintiendo con intensidad me percibo vital, y en esta ocasión pude redescubrir por medio de las traducciones de sus letras a una banda tan magistral y excepcionalmente poética como lo es The Cure, adecuando las canciones que forman parte del disco Disintegration a mi experiencia subjetiva.

     El álbum comienza con una canción cuyo título podrá resultar paradójico, ya que no es para nada simple.. inicia su recorrido circular emanando susurros del viento que sabemos precede a la lluvia, y un centelleo semejante al reflejo de la Luna sobre un paisaje bañado de oscuridad crecen gradualmente, sólo entrecortados por campanas que enaltecen en un ensueño, mientras nos conducen a la voz apenas perceptible y envuelta en una especie de bruma de Robert Smith... pero un momento... Robert nos confiesa en Plainsong “Y el viento está soplando como si fuera el fin del mundo'. Vos dijiste: ' Y está tan frío, es como el frío si estuvieras muerto”. Esta imagen, que parece ser ensombrecedora, particularmente no lo es, porque él no está muerto o al menos no completamente pues luego su interlocutor le sonríe para qué él mismo replique más tarde: “Creo que estoy viejo y estoy sintiendo dolor. Vos dijiste: ' Y todo está acabándose, como si fuera el fin del mundo ' “. Cuando uno se siente viejo, desgastado y más aun afligido se hace inminente un cambio, una lluvia que con sus gotas nos lave y desnuble la vista a fin de dar cuenta de aquello que tanto presentíamos: una destrucción del mundo del cual nos sujetamos sólo dependerá de la desaprensión del mundo como lo conocemos, sólo así podremos recuperar la marcha. El frío nos recordará que aun sentimos, siendo lo bastante fuertes como para encontrarnos en el abismo, y aun así desgarrar a la neblina, buscando ese lugar concéntrico donde en la noche se guardan los rastros de luz. Si la Luna es satélite de la Tierra, y tan bien lo suple al Sol cuando éste se esconde del otro lado de nuestro planeta. Al igual de esperanzadora que la lluvia o la sonrisa de quien entabla diálogo con él en forma de canción.

     A su fin, de inmediato comienza a cautivarnos la melodía tan encantadora como melancólica de Pictures of you, la cual nos narrará el remordimiento, la desazón e incluso el auto-reproche que a veces suscita y deviene al hecho de tener que dejar algo atrás, desprendiéndonos definitivamente de ello. Finalmente culmina en forma de lamento, que encierra y resume su desarrollo. “No hay nada en el mundo que yo haya querido tanto que sentirte en lo profundo de mi corazón. No hay nada en el mundo que yo haya querido tanto que nunca sentir la ruptura de todas mis fotos de ti”. ¡No se imagina Smith, al subir y bajar su voz la forma en que nos conmueve el alma y al quebrarla, nos la desintegra en mil pedacitos!

     Tenemos que superarlo, debemos hacerlo, de otra manera aquello nos consumirá, nos apagará y jamás querríamos decepcionar al Sol, que nos irradia de vida en su luminosidad. Entonces se nos presenta Closedown cuyo significado podría traducirse en un cierre perpetuo, ese punto final que tanto se ansía, porque “se me acaba el tiempo, estoy desfasado, y me estoy apagando”. Resulta extraño tanto como magnífico cómo las canciones de The Cure por más oscuras o perturbadoras que puedan ser, siempre conllevan algún tinte brillante, del cual puede soltarse en el momento menos esperado una armonía embriagadora. “Siempre tengo la necesidad de creer de verdad en algo más que en burlas. Si al menos pudiera llenar mi corazón de amor”. Es lo que anhelamos, la vibración que sólo puede surgir de nuestro interior, la más hermosa por elevada que nos llevará a la verdadera evolución porque une y no destruye, el amor.

     Entonces la transición nos llevará a Lovesong, un tema que además de ser uno de sus más difundidos tiene como cualidad el hecho de que a pesar de la apariencia en el título, en realidad no entraña en su pegadizo como angelical 'riff' una canción de amor (más allá de que en lo singular Robert Smith se lo haya dedicado a su esposa), sino que representa en parte una falsa esperanza en su hundimiento. Subrayemos la palabra solo, para apreciar mejor el contexto. “Cada vez que estoy solo con vos, vos me hacés sentir como si fuera libre otra vez. Cada vez que estoy solo con vos, vos me hacés sentir que estoy limpio de nuevo”. Aquí nos encontramos solos con esa situación, porque aún permanece el recuerdo en la cabeza, a pesar de que ya todo se haya quebrado. En cuanto al concepto del disco, siguiendo la línea anterior, el mensaje sería algo así como dado que uno aunque lo intenta, sus resultados son fallidos, y no puede olvidar, entonces deviene el autoconvencimiento, se promete en este caso que se seguirá amando a esa persona que ya no le corresponde, y de este modo se lo promete a ella también, dejándole la carga de la culpa porque es quien ha dejado de actuar recíprocamente y por otro lado porque es claro que aun no pudo superar siquiera enfrentarse a ese dolor, quizás por temor que de veras lo está desintegrando, aun más; verse obligado a cumplir esta clase de promesas, puesto que como escribió Nietzsche “se pueden prometer acciones, pero no sentimientos pues éstos son involuntarios. El que promete a alguien amarle siempre u odiarle siempre o ser siempre fiel, promete algo que no está en su poder. Lo que puede prometer son acciones que, en verdad, son ordinariamente las consecuencias del amor, del odio, de la felicidad, pero que puedan también provenir de otros motivos, pues a una misma acción conducen caminos y motivos diferentes. Por consiguiente, la promesa de amar siempre a una persona significará: mientras yo te ame, te prodigaré las acciones del amor; si dejo de amarte, continuarás recibiendo de mí las mismas acciones, aunque por otros motivos, de suerte que en la cabeza de los demás hombres persista la apariencia de que el amor es inmutable y siempre el mismo. Se promete, también la persistencia del amor cuando, sin cegarse a sí mismo se promete a alguien un amor eterno”. Pienso que cuando alguien empieza a actuar llevado por la costumbre, comodidad o conformismo, su estado es lo más similar a la pasividad, nada lo moviliza, el deseo se ausenta desconocido, se muere prolongadamente. Con esta afirmación no estoy avalando el divorcio, sólo he adoptado una visión de hacer las cosas apasionadamente, porque de haber convenido en una decisión así es claro que es debido a que se ha alcanzado cierto grado de crecimiento personal y de comprensión producto del tiempo de conocimiento entre dos seres que los ha motivado a crear lazos muy fuertes entre ellos.

     Citando a Heráclito, “en los mismos ríos entramos y no entramos, pues somos y no somos los mismos”. Si bien nuestra individualidad permanece intacta, conservamos nuestro nombre y apellido, y podemos vernos al espejo como una persona de carne y hueso, conforme verificamos nuevas experiencias, nos abrimos a diferentes conocimientos, podemos tener mayor alcance de otras realidades y nuestro interior se va nutriendo de aquellos elementos, que si somos sinceros también los volcaremos hacia el exterior, creando nuestro propio cambio. Ahora bien, depende de la velocidad con la cual lo realicemos y cuántas expectativas apostemos a ese cambio, realmente puede asustarnos. Porque una nueva verdad puede desestabilizar y sacudirnos el mundo que hemos estructurado, o que en su defecto (casi siempre); amoldado a nosotros, sobre los cimientos de un sistema de creencias que todo el tiempo están en juego enraizadas entre las más atrevidas variantes. Cuando esa llamada idealización se desmorona, cuando la ceguera se desnuble a causa de la lluvia, y el mundo no sea más que el reflejo de nuestra mente, ¿seremos capaces de arriesgar nuestra felicidad al costo de ser honestos con nosotros mismos? El órgano de Last Dance me da punzadas... “Pero Navidad llegó tarde esta vez, más triste y más fría, sin su antiguo esplendor y alegría. E incluso si nos emborracháramos, no creo que lograra besarte como antes lo hacía, pues donde antes veía una niña, ahora encuentro a una mujer”.

     Sin embargo, sobre todo al tema que más me abracé, ya que me identifiqué realmente con él fue a Lullaby, encandilada por su melodía angelical a partir de la cual da comienzo. Siempre me suscitó fascinación e intriga la realidad paralela de los sueños, cómo caemos irremediablemente sumidos ante él, o ese “hombre araña” que atrapa a nuestro costado consciente y libera al inconsciente, dejando con ello al descubierto todos nuestros deseos, sentimientos y pensamientos más profundos. Mientras cuando estamos despiertos tenemos cierto poder de decisión respecto a mostrar alguna cualidad o atenuar otra, en este aspecto las limitaciones son inexistentes, carecemos del discernimiento sobre cómo actúa, es puro inconsciente fluyendo y refluyendo, y nunca sabemos qué es lo que nos puede deparar allí donde nuestra mente no tiene nada qué hacer más que dejarse fluir. La melodía suave, los acordes que se van apagando con el bajo in crescendo y nos introducen en el órgano que prolonga esta combinación surrealista, introduciéndonos a una voz que culmina en susurro, la cual nos lleva a esa lírica tan macabra como sentida, tan mágica como incierta, como escrita para quienes no sólo dormidos soñamos, sino también despiertos. Esta canción me estremece de tal modo que me conmueve. “Y sé que esta mañana despertaré en el frío tembloroso. Y el hombre araña siempre está hambriento”... y aunque nos topemos con temores que acechen nuestros sueños, no por ello dejaremos de soñar, porque pronto vamos a despertar y comprobar que sólo fue una pesadilla, y nunca, jamás permitiremos que nadie robe nuestros sueños.

     Como en una danza de guitarras sónicas, se va enalteciendo Fascination Street, mientras cede el paso a unos tímidos acordes de bajo que endulzan este solapamiento. El hundimiento se intuye, colapsa toda la introducción para dejarnos sin habla ante esta sinfonía guitarrística, eclipsados por cada una de sus secuencias que nos transportan a un estado que resulta lo más semejante a lo onírico. Y vamos a movernos al ritmo como si supiéramos que se va a acabar, tambaleando entre sueño y pesadilla, entre los difusos límites que distinguen la realidad de la ficción. Basta acondicionarnos por la penumbra, para quedarnos librados ante ella, en nuestras más racionales e incrédulas mentes harán torsión.

     Si hablamos de una canción sobre la cual Robert desparramó los trozos de su alma desintegrada fue en aquella que le da nombre al disco. Disintegration es minuciosidad, crudeza por completo que retrata el desmoronamiento, el estar tocando fondo. Ahora, si hubo una canción que realmente sentí que me ha traspasado la piel, tengo que hacer una ruptura en la sucesión ordenada del disco y remitirme a la última del disco, porque esa canción es devastadora en cada una de sus palabras, tan precisamente elegidas, como si hubiera estado observando mis momentos de angustia o más aún, como si también Smith los hubiese protagonizado. Esta canción refleja el miedo, la falta de certezas, el auto-reproche sumado a la necesidad de tener que dar explicaciones, las desesperanzas porque vamos a desintegrarnos y luego ¿qué ocurrirá?... “Y ya ahora el tiempo se ha ido. Otro tiempo desperdiciado, desesperadamente combatiendo al diablo, futilmente. Sintiendo al monstruo trepar dentro de mí, sintiéndolo roerse todo mi corazón. Nunca perderé este dolor, nunca soñaré contigo otra vez”. ¿Es que acaso podrá olvidarse el dolor, o tendremos que contentarnos con echarle un cobertizo pues quedará latente para resurgir cuanto menos lo temamos?

     “Las horas se han ido, malgastando el tiempo, todas ellas esperando la lluvia”. Antes de que diera comienzo Prayers for the rain en el interior de mi cuerpo ya había alumbrado el cambio, fluyendo navegaba a través de mi sangre, inundando esos obsoletos cercos autoimpuestos, desanegando trechos de caminos ni siquiera alguna vez imaginados. Eran mis propias estructuras, mis mismísimos cimientos los cuales me estaban resquebrajando. Me he convertido en una oradora y la lluvia se ha transformado en mi objeto de oración, siempre la anhelo, pues la lluvia tan ambigua, que entraña al igual que estruendo y calma, entre la luz y la oscuridad, la humedad y la purificación, representa la combinación perfecta para comenzar la mutación, el pasaje necesario que luego da lugar al sol, la energía de los rayos atravesándome y las gotas golpeteándome en lo más íntimo de mis reproches, destruyendo uno a uno mis engaños... tendiendo a escuchar, comenzando a vivir la explosión de sentidos que brota de mí, sólo faltaba encontrarme, reconectar mi energía, embriagándome de lluvia. Hoy ya no temo a la claustrofobia de hallarme escudriñando mi alma. Ahoguemos estas falsas expectativas, no debe haber salvavidas que logren contener todo su peso, llevémonos a flote sólo los verdaderos sueños. The same deep water as you. Y odiemos intensamente esta casa y su apaciguamiento, el arrepentimiento no nos conducirá a un verdadero aprendizaje sino a la frustración del error que persiste. Una casa no es siempre un hogar, y si le somos agradecidos al dolor, ya no dolerá esta ausencia, Robert.

domingo, 6 de mayo de 2012

The lunatic is in my head



     Mezcla de bronca y de tristeza, de estupor e indignación, de vergüenza por mí misma y por los demás, de angustia que arrasa su clímax y ensimismándose sobrepasa a la conciencia de que no me formulo las mismos interrogantes que los demás, no me cuestiono los mismos presupuestos, mi mente no consigue asumir certeza de las mismas realidades fácticas. Cada lágrima derramada ha bebido sorbos de la pena de mi alma, que al desbordarme en mi cauce es exteriorizada después de comprobar durante apenas dos horas la magnitud de los esfuerzos desperdiciados, el desgaste de ánimos cuyo trayecto podría ser guiado a la concreción de metas que nos involucren hasta el más débil de nuestros huesos, hasta el más profundo de nuestros órganos, que nos penetren y luego abriguen como hogar, para darle cuenta el punto al cual hoy nuestra vida está siendo truncada, lo más preciado que tenemos está siendo consumido, nuestro valor como personas, se nos está tornando objeto en vez de protagonistas, se nos compra y se nos vende, se nos usa y se nos desecha y sin embargo, lo confirmamos mediante cada una de nuestras pequeñas acciones, lo damos por hecho y así contribuimos al saqueo sistemático desde la comodidad, desde la desconfianza, desde el egoísmo, desde la envidia, desde el miedo, desde la inseguridad, hacia la completa distorsión de la vida humana.


    Es desde hace tiempo uno de los principales ejes de mi vida llegar a afianzar cada vez más un estado que por cuanto lo creo voluble, una vez que hemos logrado adquirirlo merece ser ejercitado a diario, o mejor aún, a instante, a razón de que en cuanto menos nos percatemos de su presencia y descuidemos de él, puede desarraigarse de nuestro cuerpo, porque justamente su estancia no reside en él, sino en un lugar al cual no muchos ni se aproximan pues no logran ver la semejanza que no se aprecia con la mirada y que se esconde bajo ropas y pieles… en verdad, no creo que todos nazcan bajo tal condición, es por ello que una vez que se recibe, tal estado debe ser ejercitado a diario o mejor aún, a instante, a razón de que cuanto menos nos percatemos puede perderse… y es debido a que esta cualidad no forma parte de nuestra naturaleza que como personas tenemos que aprender a aprehenderla practicando la humanidad como un acto automático, como si quisiéramos emular un acto de esencia.

     Sin embargo, al mismo tiempo una pregunta me amanece y vuelve a rondarme en la mente cada uno de mis días antes de ir a dormir, ¿en verdad podremos lograrlo si la acción concreta y manifiesta se ha diluido? Si hacemos caso omiso al compromiso, si transferimos a delegación nuestro derecho a participar y dirigir nuestros modos de vida, si nos cuesta ver que la rosa no sigue siendo rosa sin su espina. Ese graffiti que estampaba una esquina de la calle 3 de Febrero y se me inscribió por primera cuando regresaba del parque Urquiza, entonces debe tener razón. “Violencia es quedar indiferente ante tanta miseria”. Violencia es aquella que cometemos todos los días, cuando nos dejamos caer ante la inevitabilidad de que siguen cubriendo al mundo de sufrimiento a nuestra costa, cuando leemos acerca de los males que se han hecho y luego pasamos a otro tema, es que son invisibles las bombas de la resignación, el mayor crimen que podemos cometer contra nosotros mismos. ¿Por qué? Es una pregunta que podría ser formulada hasta por un niño. ¿Por qué nos hemos atrincherado en la guerrilla? ¿Por qué hemos retrocedido hasta perder la batalla previo a haberla comenzado? ¿Cuándo seremos capaces de librar la guerra por la verdadera humanidad?
    
    Pero ésta primero es una batalla interna. También se me permite saber de la existencia del alma cuando me punzan los dolores de los insultos, me estremecen los deseos de muerte arrojados unos contra otros, aunque duren la finitud de un partido de fútbol, el estremecimiento que me provoca ver la separación vociferante, no deja de perseguirme y atormentarme la condenada marginación de mi dolor que encierra el peso del dolor compartido, pues consiste en la miseria que nos aborda a todos… que en mi tiempo psicológico no dura lo que en una reunión una momentánea queja contra el gobierno que me hunde crónicamente, pues la individualidad de mi cuerpo ya no es suficiente para contenerlo y pugna por hacerlo emerger empujado en una acción. Es la única manera, es que siempre ha tenido que ser así, Demian ya lo había predicho, sólo el pensamiento vivido tiene valor... es que yo he abrazado con fuerza a la humanidad como mi ideal. Si mi desprecio hacia mí misma me desmembra cuando noto mi escaso aporte para poder revertir esta enajenación, si me desarmo al no poder hacerme comprender, si puede que definitivamente sea una trastornada nacida en un mundo con mayoría de cuerdos. ¿Dónde quedó extraviada la calma del saludo? Asoma de nuevo el muro antes de que intente surcar la mirada.

     Muchas veces me planteo si acaso el verdadero mal no nos será inherente (en algunos en mayor proporción que en otros), si la destrucción no nos estará signada de nacimiento, o si tal vez continúa siendo implantado para mantenernos parcialmente ciegos, diariamente forjadores del equilibrio que aparenta no terminar nunca de desplomarse y siempre hacerlo un poquito más, para que constantemente nos astille... entonces se hacen más fuertes mis deseos de humanidad, mis aspiraciones de jamás dejar de interrogarme a mí misma, de mirarme al final de cada día hacia adentro y cuestionarme cuán verdaderamente humana fui a lo largo del día... de cuestionarme cuál será el mal originario, aquél que se las ingenia astutamente para ir zanjando los otros, el que a la vez alimenta mis deseos para salir de mi caparazón a rebatirlo de una vez por todas, y que lo único que haya para destruir sea esta ambición de infundir el consumo por todos lados... la enfermedad a la cual no acabamos por suministrarle cura por (querer) creer que tenemos que seguir, porque tenemos que deslomarnos si queremos alimentarnos, porque de alguna u otra manera en algún lugar tenemos que vivir y como estamos históricamente situados dentro de un estado nación hay que pagar las cuentas… aunque realmente no sea un camino dirigido a la humanidad.   

miércoles, 18 de enero de 2012

El pobre


    A él no le preguntan si hoy se sintió bien, cuánto se rió, si abrazó con fuerza o si en su imaginación pudo dibujar un sueño.  
    A él lo suponen en términos económicos, ya que su existencia radica en el punto de vista ajeno.
    
    A su nombre se lo dio el desprecio. 
    No interesa a los diarios su opinión, por él hablan las estadísticas y los expertos,

    que en las universidades o las escuelas de la tradición lo comprende descarnado,
    y cuando la ciudad los reúne en el mismo sitio la mirada ofrecida es la del soslayo.

    Mientras tanto, él rebota de lugar en lugar hasta hallar uno donde al fin no opaque la vista,
    porque cerca habita la miseria ostentosa que se disfraza de lujo. 

    Mientras tanto, él transita cargando su hogar adherido al cuerpo
    y su vida como mayor tesoro.

    Mientras tanto, el resto sigue de largo porque tienen que continuar acumulando
    y él espera, con medidas de las que el tiempo no comprende.

    Cuando posa sus manos entre el aire, ¿qué espera?
    ¿espera por tus monedas, por un trozo de tus alimentos, por un sorbo de tus bebidas?

    ¿Sólo su bolsillo deshilachado... sólo su estómago espera? ¿No sintieron alguna vez acongojarse el corazón buscando migajas de
    afecto que la mirada del egoísmo hizo pasar por robo?
    pero... ¿cuán ciego, cuán pequeño, cuán pobre tiene el corazón quien anda escatimando amor? 

martes, 6 de diciembre de 2011

Jugosa sandía

    Hacía calor, un calor asfixiante como podía inferir un verano en Rosario. Había llegado un punto de la noche en que la propia tersura de la cama le resultaba pesada, por ello creyó conveniente destaparse y hacer las sábanas a un lado. Las arcadas eran intolerables, los cabellos se le adherían a la frente con la espesa viscosidad del sudor. Lo único que deseaba en ese momento era levantarse a beber agua y comprobar por fin que la sandía no continuaba pudriéndose en la heladera. Que algo más que orgullo o estupidez en sentido material anidaba en ese ser que si bien la había concebido, por suerte (producto de cuestiones de genética o quién sabe) no había logrado transmitirle su especial aprecio hacia la suntuosidad. Porque donde se marchitaba la perfecta conjunción del aroma, el color y el sabor de la naturaleza en una jugosa sandía, ella apenas palpaba una heladera mediante la cual guarecerse de acumulación.
    ¿Para qué iba a hablarle sobre sentarse a compartir juntas un trozo de esa jugosa sandía? ¿Cómo iba a lograr contarle sus deseos, sus aspiraciones y sus pasiones si ella nunca los comprendería? ¿Por qué intentar llegar a alguien que siempre se empeña en destruir los puentes? ¡Cómo si nos implicasen tan poco tiempo y esfuerzo! ¿... Aunque sea parte de su familia, pese a que entrañe tu sangre? ¿En quién encontraba ahora de verdad su familia, los vínculos que la completaban? Parecía que cuando ella antaño la había dado a luz, ahora le devolvía oscuridad. Porque de todas maneras ella ya había cumplido su rol, ya había tomado la temperatura cuando su hija se quejaba de un persistente dolor de cabeza, ya se había puesto otra vez la jumper de escolar cuando las maestras indicaban estudiar de memoria las tablas de multiplicar, ya había tragado una y mil veces la preocupación durante la primera salida a bailar... aunque aun la satisfaga el hecho de esperarla en casa con la cena preparada... ¿acaso en verdad la satisfacía? ¿Dónde culminaba el placer y comenzaba la obligación? ¿De qué forma podía caber el afecto en las estrechas líneas de sus manos arrugadas?
    Si al fin y al cabo, durante el almuerzo y la cena, lo importante eran las noticias del televisor aunque ofrecieran como sacrificio las reales, las cotidianas, las humanas novedades de palabras y gestos que inabordables se desgarraban detrás del ensordecedor ruido de este aparato. Si para sus ojos lo concreto era lo visible, atómico y materializado; no en cambio aquello que encerraba el misterio, la potencia, la fuerza que se llevaba a cabo, entonces cada una de las partes que componían a su hija, su alma no volaba más que como sombra difuminada de lo que alguna vez hubiera podido llegar a ser.  
    El calor ya le resultaba opresivo... tanto que finalmente no consiguió levantarse para lograr su cometido. Tal vez era a causa del excesivo calor o ella, quien en verdad no se atrevía a asomarse dentro de la heladera. Una casa no siempre es un hogar, aunque a veces se las alterne indistintamente como sinónimos, la hija lo sabía. Mientras su madre se amoldaba pasivamente a la rutina, la hija la resistía por medio de impulso. A veces sospechaba si su madre no quería en realidad sino sentarse a esperar la muerte sola. Aunque quizás a la hija también la rebosaba el orgullo, pero a ese orgullo era incapaz de edulcorarlo aun la paciencia de la jugosa sandía.


"El corazón late con fuerza
como siempre,
pero esta vez no está al ritmo del tiempo,
perdido y olvidado en casa.

Me va a explotar por la nariz,
me doy vuelta en las sábanas sudadas,
contemplo el óxido que crece en mí,
se corroe hasta el esqueleto.
Hablo en voz alta y viajo a mi interior buscando,
busco vida durante un rato.
Me quedé en mi lugar,
con la esperanza como amiga, hago un poco de tiempo.
Busco un buen comienzo,
pero se convierte en una decepción".

  
Fragmentos de la canción Hjartað Hamast (bamm bamm bamm) [El corazón late con fuerza], de Sigur Rós, que forma parte del disco Ágætis Byrjun, a cuya portada corresponde la imagen que publiqué en esta entrada y edité medianamente.

martes, 15 de noviembre de 2011

Esta apremiante paz impuesta

   Este intolerable empequeñecimiento. Esta constante necesidad de huir de una realidad a la cual nunca pude imprimirle mi huella. Esta imposible necesidad de ocultarme y de marginar al corazón. Y mi razón de querer volar, dejándome ser.

  Esta apremiante paz impuesta. ¿Cómo se hace para desprenderse de donde no se terminó nunca de echar raíces? ¿Cómo haré para derrumbar tu torre de ilusiones sin decepcionarte? Mirándote directo a los ojos, expresándolo con solidez. ¿Quién soy para vos? ¿Soy tan sólo el eclipse de la genial idealización que fabricaste, o podrás ahora leerme a través de mí aun diciéndote estas palabras tan crueles que no querrías oír? ¿Qué es lo que seré? La desagradecida que hizo un bollo de todo y lo echó a la basura, en absoluto. La frustración de la familia. La hija única que siempre recibió soporte y de parte de su padre, un trabajo que no merecía. La que naufragaba en el suelo cada vez que tenía que mentir insinuando que todo estaba bien, y probablemente, la que se reproche lo que le queda en edad por este error doblemente consumado. Porque no sólo engañó a todos, sino también se defraudó a sí misma.

- Golpeame, golpeame, si ya estoy demolida por dentro.
 
   Los dolores de cabeza, las arcadas, la materia que aun no rendí y estoy estirando desde hace tres años siendo que es una de las principales bases de la carrera... los síntomas ya hicieron mella. A mí siempre me cuesta bastante esfuerzo lo que haga, sin embargo no por eso me rindo. Aunque intenté convencerme, esta vez no pude... me siento enferma, oprimida, agobiada, agrietada, vieja, adulterada.  Me siento una mierda... detesto la mentira, no la soporto, no consigo entender a las personas deshonestas si va en contra de la esencia del ser que ha moldeado cada uno, entonces no logro comprender cómo demonios he llegado a mentir así.

   Encerrada en mi habitación, compartiendo mi llanto con la cercanía de las paredes. El muro formado por la distancia entre mis padres y yo se ensanchó cada vez más que no supe cómo detenerlo. Otra vez un muro acechándome infranqueable... no pude contra sus ladrillos, es que ese muro también está hecho de mi miedo a lo desconocido, a la incertidumbre, a poner en riesgo a los afectos y la confianza que ellos han depositado en mí. Fue tal el temor que me abrumó que tuve que trasladar mi convalecencia a una carta, así de cobarde fui.

   Como un árbol al que le arrebataron las ramas, ese mismo árbol tiene que aprender a podarse solo y dejar caer sus hojas en otoño. En palabras de Bilbo Baggins, me siento frágil, dispersa como mantequilla untada sobre demasiado pan. Incluso creo que reduje mi altura  en algunos centímetros. Es que ya no siento ganas, tuve que detenerme cuando la sangre había dejado de fluir. Ese es mi punto de no retorno, de donde seguramente renacerá el impulso para recuperar el corazón y emprender los estudios consciente de que lo haré con la finalidad de obtener un sustento e independencia, pero también apasionadamente al igual que como me compenetro en las diversas actividades que me alimentan, integran y hacen crecer.

   Como el cielo, que sumergido en oscuridad comienza a ser iluminado por un fino haz de luz estelar, tras un dolor muy grande, los momentos de felicidad sobrevinientes también se disfrutan con mayor intensidad como si hubiese sido necesario haber atravesado previamente ese dolor también intensamente para descubrir luego que estamos ante el genuino placer... y cuán recompensados nos sentimos. Y yo sé que no tengo que esperar a estar graduada para hallar el bienestar materializado en la casa de los sueños, porque aprendí que la felicidad también puede encontrarse a mitad de camino. 



"Este mundo podría haberte fallado.
No te dio la razón del porqué.
Vos podrías haber elegido
un diferente sendero de vida.

La sonrisa cuando me destrozaste.

Tomaste mi corazón,
me engañaste bien desde el comienzo.
Me mostraste sueños,
yo deseé que se convirtieran en realidad.
Rompiste la promesa
y me hiciste dar cuenta...
que era todo una mentira".
Angels
Within Temptation

lunes, 14 de noviembre de 2011

Fantasmas

    Esto no tenía que volver a suceder, y se repite como tantas otras situaciones, persistiendo perpetua como si la redundancia ya no fuera motivo suficiente para poder evitarlas. Sentirme gris, abandonada por la indiferencia, difuminándome en espacio y tiempo hasta desgarrarme al cabo de un rato en bruma silente detrás de risas que hoy se oyen como un sarcasmo proyectado de sus intereses egoístas. Luego, sólo devenir en sombra, al otorgar cualidades a personas que jamás han hecho nada en concreto para merecerlas, y en nada las perturbará saber que las ilusiones que han creado se han desvanecido. Porque al fin y al cabo es mi culpa, y siempre lo será si sigo intentando sembrar indicios de amistad donde no refleja el sol. Si se pudiera representar a la confianza, ¿cuántos moretones le dibujarías?

    A veces quisiera desaparecer por mí misma… ¿sabrán ellos acaso lo que es sentirse invisible y que nadie lo note? ¿Serán capaces alguna vez de oír el grito más ensordecedor que existe, el grito mudo del desarraigo? ¿Habrán escuchado de la nostalgia que acarrean los fantasmas, añoranza de un hogar que nunca logran establecer? Sin embargo, ellos son como son, y yo no puedo juzgarlos.

    Si la perfecta amistad considerada por Aristóteles se basaba en la semejanza y reciprocidad, ¿cómo lograr asemejarse el uno en el otro sin convertirse uno solo en el ser completamente asemejado?, ¿cómo alcanzar una relación desapegada de la conveniencia en este mundo tan utilitario y egoísta? Tal vez sea como dicen, que los buenos amigos son apenas unos pocos y menos de los que creemos, entonces la imposibilidad de la amistad sea una regla y éstos verdaderos amigos constituyan la excepción.

   No es mi intención ocultarme... ¿quién dijo que quería disimularme? Yo sólo quiero mostrarme tal cual soy, en cada una de mis matices, porque no me siento avergonzada de ello. ¿Cómo voy a estarlo si es lo único que soy en esta vida, y lo único que puedo dejar de ser? De otro modo estaría falseándome, me anularía y definitivamente me enajenaría del mundo. Quisiera reír, crecer hasta convertirme en una risa enorme, ominosa, que puede reírse de esos falsos sentimientos y luego tomar el coraje de devorarlos uno por uno lentamente, haciéndolos caer, más secos que el corazón de una manzana oxidada… Pero desde luego los estaría complaciendo de nuevo ayudándoles a remendar sus mangas largas. Además, los fantasmas sí existen, y yo soy uno de ellos, visible para quien quiera ver.

Claris.

Threw you the obvious
and you flew with it on your back.
A name in your recollection,
down among a million same.

Difficult not to feel a little bit
disappointed and passed over.
When I've looked right through,
to see you naked but oblivious.

And you don't see... me.

But I threw you the obvious
just to see if there's more behind the
eyes of a fallen angel,
eyes of a tragedy.

Here I am expecting just a little bit,
too much from the wounded.
But I see, see through it all.
See through, see you.

Cause I threw you the obvious
to see what occurs behind the
eyes of a fallen angel,
eyes of a tragedy.

Oh well, oh well.
Apparently nothing,
apparently nothing at all.

You don't, you don't...
you don't see me.
You don't, you don't...
you don't see me.

You don't, you don't...
you don't see me.
You don't, you don't... 
you don't see me.

You don't see me.
You don't, you don't...
you don't see me at all.

Three Libras, 
A Perfect Circle 

martes, 8 de noviembre de 2011

Lluvia de primavera

   Hazme lugar y envuélveme en el viento que te trae.
   Quédate por un buen tiempo y deja caer un rayo sobre mí.
   Ayúdame a arrancar la pena que me aflige punzante.
   No repares en la fricción, adéntrate con fuerza.
   Un dolor tendrá que llevarse a otro dolor.
   Arrástralo, arrásalo, acobárdalo,
   y luego enséñame cómo encogerlo hasta hacerlo diminuto,
   muéstrame dónde ahogarlo,
   y si es posible, arrástrame a mí también.
   Podría perfumarme el pecho de tierra humedecida,
   podría aferrarme a la esencia de cambio que llevas.
   Tu aire renueva, junto a tus aguas podré fluir.
   Afírmame a este puerto.
   Anclemos mi decisión.
   Lluvia de primavera, te encontraré esta noche sin paraguas.

viernes, 12 de noviembre de 2010

La mesa

    Lo único que me gustaba de su oficina era la mesa. De madera y vasta, vastísima, tan pulcra como prolija que parecía que se bastaba a sí misma. Aunque solitaria en la sala de reuniones, desde que tengo memoria me encargué de cubrirla con cuadernos, lápices para colorear y más tarde, con las tareas de la escuela. A veces, impaciente, no esperaba al bar y se transformaba en asiento de meriendas compartidas y refugio de las únicas sonrisas que podía arrancarle su boca en el día.
   El resto, eran papeles, vidas dentro de carpetas apiladas hasta agrietarse, algún día listas para recorrer los pasillos de aquellos tan eminentes como invisibles... y más papeles... y nervios (muchos).
   Quizás por eso quería ser como él, tal vez por la mesa, quizás por él.

viernes, 30 de julio de 2010

"Y muchos marines de los mandarines..." ¿Qué está pasando en Haití?

  Hace un rato me preguntaba acerca de la escasa información que se recibe actualmente sobre la situación de Haití después del devastador terremoto que transformó en cenizas las posibilidades de los habitantes del país más pobre de América, con cerca de 1.300.000 haitianos que perdieron sus viviendas, quienes intentan sobrevivir refugiadas debajo de lonas y carpas endebles, echados sobre el suelo como despojos humanos, esquivando la inmensurable cantidad de cuerpos enterrados en fosas comunes.
   Sin embargo, indagando en las miserias más emergentes de la potencia a la cual la crisis económica no le es obstáculo para continuar ocupando países, pude divisar una respuesta.
"... Fijate de qué lado de la mecha te encontrás..."  Siendo que Haití es un Estado desde 1804, esto implica que cuenta -o ya contaba- con una forma de organización social con poder, aunque no fuese efectiva. El poder soberano es tal cuando no admite otro poder por encima de sí. Ahora bien, dicha cualidad del poder en el Estado-nación proviene del pueblo. Es decir, la Constitución de Haití, que ha instituido al país como República (del latín, la cosa pública, del pueblo), estableció con ello el mecanismo de designación de los gobernantes y de distribución del poder, que es único y descansa en los mismos haitianos a través del sufragio.
Estados Unidos impone el orden, fotografía tomada del diario El País, edición del 12 de marzo de 2010
    Pero ahora, volvamos a la realidad. Haití es un Estado soberano, entonces ¿cómo es posible que el ejército de Estados Unidos bajo su autoridad haya desplegado 20.000 soldados desde que comenzó la tragedia? ¿Por qué aun mantiene a 11.000 allí? Podemos ver que las reglas no están hechas para los más poderosos, mientras que la tesis democrática de la soberanía planteada en el párrafo anterior se desvanece de un temblor ante las fuerzas armadas norteamericanas, como ya lo hemos visto recientemente en Irak, Afganistán, Vietnam y durante su intervención en los golpes de Estado que erigieron a las dictaduras latinoamericanas de los años '70; en otras palabras, puro palabrerío cuando se trata de aplicar esta teoría a la práctica.
   De este modo, se atribuyeron el control del aeropuerto de la ciudad capital Puerto Príncipe mediante el pretexto de auxilio cuando ni siquiera cuentan con suficiente capacidad de carga para hacer llegar las provisiones a los lugares necesitados, por lo que es falso que se estén encargando de estas tareas, tal como relata desde allí el periodista Fran Sevilla, impidiendo así (¿paradójicamente?) la distribución de la ayuda humanitaria enviada por personas solidarias y otorgando primacía a su propio abastecimiento como al transporte de sus materiales. En este sentido, la ONG Médicos Sin Fronteras, al mes de julio, sostiene que  la respuesta sigue siendo insuficiente, reflejando que apenas ha llegado un 2% de la ayuda prometida, al tiempo que sus aviones han tenido que desviarse hacia Santo Domingo a causa de la ocupación estadounidense, que ha retrasado el arribo de suministros vitales. Incluso, alegando brindar "seguridad" mediante la prevención de los disturbios y posibles saqueos, en realidad sólo consiguen alterar a la población con sus provocaciones exacerbadas, así como su autoritarismo ilegítimo frente a los desamparados haitianos, quienes ven así frustradas sus expectativas de mejora sin un trabajo digno y con una perentoria necesidad de alimentos. Por otro lado, según un informe de dicha ONG, titulado Haití, seis meses después, sus estadísticas médicas no muestran un aumento en el número de víctimas por violencia después del terremoto. Mientras tanto, la Secretaria de Estado Hillary Clinton se resiente por la crítica de algunos medios, cuya mala interpretación no los llevó a entender que la ayuda yanqui era tanto civil como militar.


Violencia y sometimiento de las FF.AA. y los Cascos Azules, policía de la O.N.U  

   Al menos, aprovechando esta oportunidad, el actual presidente Obama convocó a sus colegas ex presidentes Bill Clinton y Bush jr., quienes después de deshacerse en halagos unos a otros, dieron la palabra al sr. "Irak=armas de destrucción masiva", quien sí pensó en Haití y no te solicita frazadas ni agua, ¡sólo necesita tu dinero! Ahora, ¿por qué esa pronunciada sonrisa cómplice?

   Pero eso no es todo en cuanto a esta tríada, ya que en la Cumbre sobre la Reconstrucción de Haití, llevada cabo en la paradisíaca Punta Cana, República Dominicana, para no espantar a los diplomáticos europeos, a Bill Clinton -sí el mismo de la Guerra del Golfo, en la cual murió mayor cantidad de soldados estadounidenses debido a la aplicación de vacunas  que por los ataques de Irak- también le encomendaron trabajo en la co-presidencia de una Comisión como enviado de la ONU, cuya tarea consistirá en aprobar los proyectos de desarrollo con los recursos que el Banco Mundial -que endeudó a países enteros- entregará para su ejecución.
   Lamentablemente, cuando a cerca de 300.000 personas las socavó el terremoto, junto con sus viviendas e innumberable cantidad de bienes irrecuperables, a las promesas se las están llevado los huracanes del olvido.

"... que cuidan por vos las puertas del Nuevo Cielo",
Queso ruso, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.