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martes, 13 de junio de 2017

Hechos conscientes

"Donde vosotros veis cosas ideales, veo yo cosas humanas, ay sólo demasiado humanas".




Ecce Homo:1908
Friedrich Nietzsche
(sigue siendo un alivio tenerlo a mano)

miércoles, 20 de julio de 2016

Estudiando, entre cosas...

Vuelvo a leer de algún otro autor "tolerancia a la frustración" y me voy a enfermar de redundancia.

¿Que yo voy a diagnosticar lo qué...? Ah... sí... mi compulsión a la repetición.

Pero yo me resisto a clasificar a las personas, y sujetarlas a grilletes permanentes ni siquiera transitorios...

Se critica a la psiquiatría ortodoxa y a la psicología clásica pero al fin y al cabo se sigue cocinando con categorías lacerantes porque nos autorizamos con delirios de grandeza a renegar de la naturaleza y visto está que no nos brotan ramas del tronco, anulamos el cuerpo y todo lo demás... y todo muy lindo, nos despojamos también de las togas pero en el abismo nos creemos con la facultad de tomar determinaciones como jueces inquisidores. 

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Más papista que el papa

    ¡Me cacho en diez! Próximamente tendremos la aplicación de chemtrails a gran escala con la bendición de Bergoglio...
apostasía is definitely coming!
    Pero... un momento... ante el modelo de carta que ofrece la página www.apostasia.com.ar para concretar la renuncia a la iglesia católica, me encontré con el nombre del arzobispo Mollaghan en el lugar del destinatario. Me puse nostálgica, porque me acordé de que él se había mandado una macana re grossa en el manejo de alguna moneda y yo ya no lo iba a poder encontrar en el arzobispado de Rosario. Porque Jorge Mario ejecuta milagros: el acusado Mollaghan enseguida se apareció en su sucucho Vaticano ocupando un cargo que lo habilitaba a juzgar delitos graves. 
    No... dale, que va, mientras que yo estoy acá preocupándome por el destino de mi apostasía y el de Mollaghan, seguro que ya Jorge Mario le habrá procurado varios chas-chas en la colita, que por eso lo quería tener cerca, a ver si los operarios del IOR (eufemismo para el banco del Vaticano) le enseñan a administrar los fondos "al modo Poncio Pilatos" (eufemismo para el lavado de dinero), que lo único que es puro humo es el Vaticano y el eufemismo correspondiente es fumata blanca.


viernes, 1 de noviembre de 2013

Todavía una A encerrada en un círculo

     Pero qué ingenuidad que se aleja del anarquismo ésta de sentarme a pedirle favores a la democracia a través de un blog del montón... peco de delirios de grandeza y no me falta mucho diámetro para caber en lo patético como en otras ocasiones. Esta clase de comportamiento de mi parte alude a una actitud que creía haber soltado y hasta revertido, de dejar de buscar las fallas en lo ajeno y tratar de reconocerlas en lo propio, o al menos ser un poco más equilibrada cuando subo a la balanza. Lo que rescato de ese párrafo sí, es que fui/soy irresponsable durante la votación. Cuando podría haber expresado mi voluntad, no tan tranquilamente, claro porque desde los medios oficiales se habían encargado de desestimar a todo aquel que quisiera maratónicamente abstenerse del acto electoral poniéndole a su falta el comedido precio de 150 pesos en multa. Sin embargo, aún así soy irresponsable porque todavía disponía de una atribución a mi favor, la de poder anular mi voto como lo había hecho en el primer estadio electoral. Cuántas veces he pensado "si todos anularíamos nuestro voto, no podría asumir nadie", se evidenciaría una resistencia... Sigue siendo decepcionante tener que concurrir obligada a un acto que debería ser tan importante para mí como ciudadana, y ante el cual ya no tengo ninguna expectativa. Pero si algo he aprendido es a dejarme de pretensiones y "ver el vaso medio lleno". Por eso como arrepentirme no cambiará en nada lo acaecido, tampoco tendrá ningún sentido hacerlo. Las resistencias pueden comenzar a labrarse por otras partes.     

domingo, 27 de octubre de 2013

Una A encerrada en un círculo

     Me despierto una mañana, cuya calma deja entrever domingo al tiempo que un noticiario que me llega a través de un aparato de radio aledaño la tacha de renovación de cargos políticos. Me levanto. Aquello no deja de extrañarme. Procuro extender mis brazos hacia ambos lados, separo mis piernas a breve distancia y entonces se reafirma. Sé que hoy no puedo ser otra cosa más que una letra encerrada en un círculo. Una A por elección en el sostenido intento de tender a escapar y tratar de expandir su esfera, no para evadirse, porque lo que quiere en realidad es libertarse un poco más. Pero también es una A la que quisiera pedirle a esta democracia enclenque algo simple y puntual, que algún día pueda transmutar este deber de asistir a donde no me llaman en derecho de concurrir a donde quiero conducirme. Porque cabe decir que lo que me motivó a introducir esas papeletas en aquellos sobres fue un descarte, razón por la cual mis votos se cantaron falsos y por ende, todo mi cometido fue irresponsable. Este pedido va sobre todo por ella, para que pueda sincerarse consigo misma, porque sus representantes no dejan de regresar para abusar de los colores y someter a las palabras, para manchar desde nuestros recuerdos hasta nuestras utopías, con la indeleble excusa de pretender cambiar las cosas.

miércoles, 17 de abril de 2013

Extravagantes


Nos corrompen hasta el cosmos, y
Nos hacen creer que esto es vida 
Nos arrastran a lo inhabitable
Nos persiguen hasta en los sueños que nos faltan
Nos constriñen
Nos encogen
Nos amasan
Nos emancipan de la individualidad
Nos exilian de la colectividad
Nos separan
Nos ponen en contra
Nos reducen
Nos destituyen
Nos quedamos, igual
Nos obstruyen
Nos recluyen
Nos quiebran en llanto
Nos gastan el cambio
Nos movemos, sin embargo
Nos conducen a la locura como último refugio,
Nos amarran a la culpa, y luego
Nos prescriben la normalidad
Nos recuerdan desmemoriados
Nos controlan educándonos
Nos educan limitados
Nos empujan al olvido
Pero en el fondo nos necesitan tanto como nosotros no los necesitamos a ellos. Extravagantes
Nos hacemos responsables

domingo, 1 de julio de 2012

Lucio

Aitor Arregi y José María Goenaga
2007

"Mi suerte fue nacer pobre pobre, porque no tuve que hacer ningún esfuerzo para perder el respeto a todo lo establecido: la iglesia, la propiedad privada, el estado".


Ante los responsables de City Bank: "Yo no soy ningún criminal, pero ustedes con los dólares no hacen más que corromper el mundo entero y son los provocadores de todas las guerras, ustedes son los criminales".

    ¿Falsificadores? Falsificadores son aquellos que han adulterado la condición humana, quebrantando los valores sagrados de la comunidad, estafadores son quienes todavía hacen lo que esté a su alcance y más para estropearla a fin de saciar apetencias egoístas y de tan caraduras ni siquiera se atreven a dar la cara, defraudadores son aquellos que mediante su crueldad intencionada pretenden despojarnos de la utopía de llevarla a cabo.
 
     Aún no se da con las palabras para expresar la emoción condensada de parte del modesto ser que escribe y también anda intentando crecer aprendiendo. El significado que pueda representarnos la lengua siempre quedará frágil ante la magnitud de seres como Lucio Urtubia, cuyo compromiso humano lo trasciende y nos obliga a, al menos, sentir la imprescindible como urgente necesidad de querer seguir sus pasos. 

sábado, 2 de junio de 2012

George Orwell



     Se ha convertido durante este último tiempo en una de mis mayores inspiraciones, produciendo en mí lo que ninguna otra persona públicamente reconocida había conseguido en mi vida. Concordamos en vastísimos como profundos pensamientos que me significaron una apertura mental inabarcable con palabras. Hasta me arrancó las lágrimas y las guardó para siempre en mi ejemplar de 1984. Nunca antes había sentido con tanta intensidad una obra literaria, ninguna, a excepción de mi querido Principito me había suscitado los deseos de querer salir a concretar mis pensamientos.
     Tan significativo fue para mí que me ha ayudado a reafirmar mis ideales, moldeando la postura que me identifica hoy que cuando se traslade a la acción será definitivamente anarquismo. Pienso que la mejor manera de conocer a un autor es a través de sus obras, en lugar de escuchar lo que otros cuenten de él, y leyéndolo se reconstruye el milagro que es que haya marcado al mundo con su existencia, aunque hayan sido unos pasos, a mi parecer son enormemente fundamentales, pues creo que la coherencia no radica en la unión lógica que se puede establecer de un pensamiento con otro sino que va más allá y se demuestra cuando los pensamientos se sienten, se vivencian, en otras palabras cuando éstos son traducidos en acciones.
     Sí, él es una de las bellas almas que describí en la entrada anterior.

miércoles, 25 de enero de 2012

El conocimiento que duele

    Si quieres ser escritor, escribe, aconseja el griego Epicteto. Sí, quiero ser escritora, pero esta vez no quiero escribir, más bien quiero escupir, escupirles a los traidores de la humanidad mocosa e insolentemente, ellos saben quiénes son. Por eso, hoy no me preocupo demasiado por la redacción y dejo de lado la prolijidad, no por ello desdeñando la coherencia. Porque saber que entre 1914 y 1918, y luego de 1935 a 1949 se desarrollaron dos guerras mundiales, conociendo también su devenir en la situación actual es una morbosidad. Sé que una vez escribí en este mismo blog que estaba ávida de conocimientos. Pero de veras hay conocimientos que me hacen pensar tanto que me duele. Hoy el conocimiento se ha convertido en una mochila pesada con la cual debo cargar, desde que considero que el hecho de conocer tendría que desencadenar en quienes conocen una responsabilidad frente a aquello que están conociendo de la cual se derive una motivación no sólo por entender sino por exteriorizar luego esa comprensión interna trasladándola al hacer. Mirar documentales sobre el genocidio que saquea y arrasa extendiéndose en África sin que nos invada una fuerza desconocida, ilimitada por querer levantarse contra los verdaderos miserables del mundo implica complicidad. Al fin y al cabo fue una circunstancia la que me hizo nacer en esta época en Argentina y no, durante la guerra de Taiwán.
    Hoy el teatro en que se ha transformado la política sujeta por la economía mundial no me produce más que reticencia, las razones que me indujeron a molestarme por carecer de tiempo suficiente para poder leer los diarios son las que hoy me hacen aborrecerlos y en cambio poder disfrutar de la (mal denominada) ciencia ficción en lugar de que los medios masivos me inyecten sus dosis de realidad, las cuales me rehúso a que se intercepten en la mía.
    Sabemos que siempre podemos acudir a la historia, materia mediante la cual podemos hacer el ejercicio de la memoria para evitar que ciertos hechos no sucedan con posterioridad. De ser esta su función social, ¿entonces no deberíamos replantearnos qué clase de historia le están enseñando al pueblo? Acaso si a la historia la escriben los vencedores, ¿cómo es posible que no prevalezca una interpretación subjetiva totalizante de los acontecimientos en contraposición a la magnitud de los hechos fácticos? ¿Cómo es posible que se acepte una sola visión? ¿Es que no se dan cuenta que las lecciones de la historia que repetimos alguna vez en la escuela como papagayos no tienen sostén? La historia misma nos permite recurrir una y otra vez a ella para demostrárnoslo, la historia misma nos lo restriega en la cara.
    Si el hecho de que ciertos conocimientos me duelen, me apena la dependencia de muchas personas cuyas vidas se encuentran ligadas de modo tal a la matrix que no podrían vivir fuera del sistema. En palabras de George Orwell “hasta haber adquirido conciencia no se rebelarían y no pueden adquirirla sin rebelarse antes”. Claro que no me aflige por igual que aquellos quienes tienen al sistema exprimiéndoles hasta la última gota por mantener su dominio. Ahora, no es que sea derrotista, porque vivo cada día formando parte del grupo de los locos de la minoría. Además, sé que sola se pueden iniciar cambios pero no, continuarlos para hacerlos crecer, para eso es preciso contar con apoyo, y paralelamente, este sistema ya cuenta con siglos de establecimiento simbiótico y de ventaja.
    Después de todo, ¿cómo no sentir vergüenza propia cuando la guerra es la paz en Estados Unidos, siendo Obama ganador del premio Nobel de la paz mientras es el presidente que hizo posible numerosísimos enfrentamientos bélicos? Claro, pero ahora los criminales somos quienes decidimos adquirir en Internet una visión más amplia de la actualidad que nos ofrecen los medios convencionales. ¿Cómo no sentirme agraviada yo misma en vida, tomando el lugar de Orwell cuando un reality televisivo lleva por título al personaje de uno de sus libros... y aun más, que muchas personas sólo conozcan el programa y jamás hayan oído acerca del libro? Porque ni pensarlo que podría integrar la lectura obligatoria de un programa de estudios escolar. Pero ¡no, ni pensarlo! Él definitivamente él fue un visionario, la ignorancia es la fuerza. Y finalmente, la libertad es la esclavitud si los mismos medios que imparten los dogmas que las personas deben digerir (además de la educación y las religiones) a través de diarios o canales televisivos son aquellos que hoy se encuentran reclamando la libre expresión mientras en contraste, cada día que transcurre podemos comprobar que la única libertad que rige es la de consumo, donde a mayores posibilidades de acumular, entonces mayores posibilidades de permitirse la satisfacción otras libertades fundamentales. Por supuesto, no me refiero a la meta a alcanzar un celular que se jacta de inteligente, aunque carezca de la capacidad de razonar y en nada se asemeja a nosotros, sino a aquellas que permiten el crecimiento, la superación personal y la adquisición de una identidad, entre las cuales podríamos dar una cuenta incontable de ellas, como una alimentación saludable rica en nutrientes en lugar de químicos que el organismo nunca previó para nuestro desarrollo, aire desprovisto de contaminación, salud orientada a la prioridad de la sanidad del organismo en lugar de cuentas de dinero, a la construcción de una vivienda que sintetice el espacio donde queremos impregnar nuestra identidad, cultura para evolucionar mental y espiritualmente.
   ¿Pero hasta qué punto se ven remplazadas y resignadas las horas de disfrute por las horas de trabajo que conducen a la satisfacción de estas metas? ¿Y el cansancio físico y mental del trabajo abusivo que inclina a la superficialidad del divertimento chato? Nos va muy mal en matemática si se cree que puede recuperarse en un período que siempre resulta breve de vacaciones cuando durante el resto de los días se trabaja de día a noche. ¿Acaso la política nos convoca alguna vez a los ciudadanos comunes y corrientes a discutir los temas que realmente le atañen a las poblaciones? ¿Por qué nos vemos coaccionados a aceptar medidas que no hacen más que vulnerarnos y humillarnos? Y luego tienen el descaro de llamarnos a votar cada cuatro años (y en Argentina como en otros países, obligatoriamente), es que en eso sólo se basa la democracia, en la apariencia del voto popular y la ilusión de que existen candidatos dispuestos a representar a las poblaciones. Los valores están completamente invertidos, eso está claro.

“¿Dónde usás los dientes, mi amor?
Clavados en el cuello por hoy
(mientras bailamos tangos fatales)

El tango que ocultamos mejor
(del que preferimos no hablar)
es el que nos tiene anarcotizados.

Vivir sólo cuesta vida.
¡Ahora! ¡Ya mismo! Puedo ajustar un guión de ropa sucia.
Ropa sucia, ¡fuera! ¡Ahora mismo!

Andás dando guerra y temblás,
gastándote en relámpagos
(tu estómago gruñe como enjaulado).

Tu gracia mete miedo mi amor.
Dejo de beber tu licor,
que huele a tormenta de viejo estilo.

Vivir, sólo cuesta vida
¡Ahora! Ya mismo! Puedo ajustar un guión de ropa sucia.
Ropa sucia, ¡fuera! ¡Ahora mismo!”.

Canción: Ropa Sucia, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
Fotografía: película La Jetée



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